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¿Qué es la disfunción eréctil? La disfunción eréctil, o impotencia masculina, es la incapacidad de mantener una erección que permita tener relaciones sexuales de forma satisfactoria^[AA].

Los problemas más comunes relacionados con la disfunción eréctil son los siguientes:

• Falta total de erección
• Dificultad para mantener una erección fuerte
• Problemas para mantener una erección duradera
• Pérdida de la erección durante el coito

Causas de la disfunción eréctil

El istituto medico estadounidense Mayo Clinic estima que muchos casos están relacionados con complicaciones en personas que sufren arterioesclerosis, diabetes, toman medicamentos o se han sometido a una extracción de próstata^[AN]
La excitación sexual masculina es un proceso complejo en el que intervienen varios factores. El cerebro, las hormonas, los nervios, los músculos, los vasos sanguíneos y las emociones del propio individuo son algunos de ellos.
Tal patologia estar relacionada con los elementos antes indicados. Es bastante común encontrarse pacientes que sufren problemas en los vasos sanguíneos. En estos casos, no llega suficiente sangre al pene y no puede conseguirse una erección.
Aunque también puede deberse a causas orgánicas, psicológicas o al uso de algunos medicamentos.

Algunas de las medicinas que pueden incluir la disfunción eréctil entre sus efectos secundarios son las dedicadas a tratar las siguientes condiciones médicas^[AB]:

• Hipertensión arterial
• Insomnio
• Cáncer
• Colesterol alto
• Depresión y otros trastornos psiquiátricos o psicológicos

En la franja de edad de 20 a 30 años, la causa más habitual son los problemas psicológicos.

En los ancianos, es habitual que esté causada por enfermedades debidas al envejecimiento de los órganos como las que se listan a continuación:

• Presión arterial alta
• Enfermedades cardíacas
• Problemas circulatorios
• Diabetes
• Obesidad
• Párkinson
• Esclerosis múltiple
• Enfermedad de Peyronie

Otras causas que afectan a individuos de todas las edades son:

• Adicción a las drogas
• Alcoholismo
• Tabaquismo

Relación entre la disfunción eréctil y el uso de alcohol y tabaco

La disfunción eréctil vinculada al tabaquismo y uso de alcohol suele ser subestimada. Sin embargo, es una de las causas más comunes en todas las franjas de edad.
Según varios estudios efectuados por la Asociación Española de Urología, los varones que fuman alrededor de una cajetilla diaria tienen un 60% más de probabilidades de sufrir de impotencia que aquellos que no fuman.

El alcohol es una sustancia depresora del sistema nervioso central. Su uso provoca que la respuesta del cuerpo humano ante estímulos externos se vea distorsionada y retardada. Esto sucede también en el momento del coito; si el cuerpo está bajo los efectos del alcohol no va a reaccionar de forma normal y el pene no va a recibir la sangre que necesita para entrar en erección^[2].

En individuos que ingieren bebidas alcohólicas con elevada frecuencia, estas alteraciones en el sistema nervioso pueden ser permanentes.

Principales causas psicológicas

En los casos de “impotencia psicológica” suele ser más difícil determinar las causas de la los problemas de erección. Algunas de las más habituales son^[Q]:

• Depresión
• Ansiedad
• estrés
• Fatiga mental
• Problemas de pareja

En estos casos, el sistema nervioso, se encuentra desbordado procesando las situaciones que provocan los desajustes antes indicados y le resulta imposible prestar atención a otras nuevas. Cuando el individuo quiere tener sexo y espera una erección, su sistema nervioso no puede procesar la situación actual y desencadenar las respuestas fisiológicas necesarias para obtenerla.

disfunción eréctil y la edad: que cambia?

Estudios de la Asociación Española de Urología revelan que el 20% de la población sufre de problemas de erección. En los varones mayores de 50 años el porcentaje de afectados sube hasta el 50%.

La disfunción eréctil es más habitual a medida que se envejece, aunque no es un fenómeno originado por el envejecimiento en sí.

El mayor número de afectados se sitúa en la franja de edad de los 50 a los 60. Son individuos que tienen pareja estable y que nunca han acudido a una consulta con un urólogo.


Los casos en edades de 20 a 30 años se deben principalmente a causas psicológicas. Ansiedad por satisfacer a la pareja, preocupación por un embarazo no deseado o falta de confianza en los preservativos son algunos de los factores que provocan disfunción eréctil en esta franja de edad.

Tampoco hay que olvidar que este grupo demográfico es especialmente susceptible al uso y abuso de sustancias tóxicas como el alcohol, tabaco y drogas. Por lo que muchos de los casos de disfunción eréctil en los jóvenes de 20 a 30 años se deben al consumo de dichas substancias.

Las causas de la disfunción eréctil entre los 40 y los 50 años son variadas. Algunos varones la sufren por factores psicológicos como el estrés, el exceso de trabajo o dificultades económicas. En otros casos está relacionada por enfermedades como la diabetes o la obesidad. Y al igual que el grupo anterior, muchos de los casos pueden estar relacionados con el consumo de alcohol y tabaco.

En el grupo de 60 a 70 años, las dificultades para obtener una erección fuerte o una erección duradera son debidos a problemas derivados del envejecimiento del cuerpo en general. El corazón, los vasos sanguíneos o el sistema nervioso ya no son capaces de trabajar a un ritmo normal y esto da lugar a impotencia.

De entre todos los afectados por dificultades de erección, sólo un pequeño grupo tiene el valor suficiente de tratarlo con su médico. Únicamente el 25% de los afectados reconoce abiertamente su problema y se somete a más pruebas y exámenes para encontrar una solución. El resto permanecen en silencio por miedo o por vergüenza.

¿Cómo curar la disfunción eréctil?

Según los expertos, la prevención es la mejor forma de enfrentarla. Los médicos recomiendan un estilo de vida saludable, evitando el alcohol y el tabaco.

Otros consejos útiles para su tratamiento son:

• Evitar el uso de drogas
• Hacer ejercicio con regularidad. Es recomendable practicar alguna actividad física por lo menos 3 días a la semana durante un mínimo de 30 minutos
• Dormir al menos siete horas seguidas durante la noche
• Reducir los niveles de estrés
• Seguir una dieta saludable, eligiendo alimentos que puedan estimular la erección. Como por ejemplo el apio, los productos lácteos, los frutos secos, el ginseng, el jengibre o la zarzamora. También es importante evitar la ingestión excesiva de grasas
• Consumir suplementos vitamínicos
• Beber abundante agua para aumentar la fluidez de la sangre
• Mejorar la comunicación con la pareja
• Darse masajes periódicos en la base del miembro

¿Medicamentos o tratamientos naturales?

El primer paso para la solución es consultar con un médico. Ya sea su médico de familia o un especialista (urólogo o endocrinólogo). Ellos son los únicos que podrán identificar la causa del problema, efectuar un diagnóstico detallado y proporcionar medicamentos en caso de ser necesarios.

Los medicamentos orales más comunes para tratar la disfunción eréctil son el Viagra y el Cialis. Los principios activos usados en ambos son el sildenafil, tadalafil y vardenafil. Todos ellos pertenecen a la categoría de inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5 (PDE-5).

Actúan aumentando la disponibilidad de óxido nítrico y favorecen la vasodilatación del pene. Aunque el uso de estos medicamentos puede tener efectos secundarios poco deseables y está contraindicado cuando el paciente presenta determinadas enfermedades.

Por esto, hay gran cantidad de afectados que no quieren arriesgar su salud y buscan otras alternativas. Existe la pastilla azul natural en el mercado que puede ayudar a mejorar la situación de los pacientes favoreciendo una erección más sólida.

Estas soluciones suelen presentarse como suplementos alimentarios en cápsulas o en forma de polvo. Los principios activos son extraídos de plantas y hierbas, algunas de ellas muy conocidas y empleadas tradicionalmente como afrodisíacos naturales.

La píldora azul natural también se elabora a partir de enzimas vitales que, en ocasiones, no pueden ser obtenidas de forma natural por el cuerpo humano.

Cuando se decida optar por los medicamentos, no hay que olvidar que es necesaria una receta médica para adquirirlos. Y es recomendable evitar los distribuidores que los ofrecen sin pedirla. Podrían estar vendiendo un medicamento que no es lo que dicen que es, que no ha pasado por los controles de calidad necesarios y que podría resultar perjudicial para nuestra salud.

Conclusiones

En la actualidad existen gran cantidad de oportunidades y soluciones para curar la disfunción eréctil. Los tratamientos médicos han avanzado mucho en las últimas décadas y no tiene sentido aceptar la impotencia resignándose a no hacer nada^[3].
El presente y el futuro del tratamiento de la impotencia se dirige a métodos naturales, personalizados, no invasivos y sin consecuencias ni riesgos para la salud.